Facetas de Silvio Rodriguez
0 Comments Published by Olivia Casso on martes, marzo 14, 2006 at 10:59 a.m..
EL MUNDO REAL
POR SILVIO RODRIGUEZ.
Desde que tengo uso de razón se que el mundo es un escenario irreal, puesto ahi para que me lo crea. Delante de mi siempre hay un corre-corre de prepa- rativos para tener dispuestos los lugares que se me ocurra visitar. Si voy a casa de mi abuela Isabel, que queda a unos 200 metros de la mia, siento el alboroto que se forma a lo largo de su calle, mientras me voy acercando a l la esquina, de forma que cuando llego y doblo, mi vista se posa en un panorama habitual: Panchita contando papas rellenas, el Guacara saltando a su yegua esqueletica, Cuca tendiendo sabanas a traves de una rendija del porton y, un poco mas alla, aparentemente al azar, algunas personas entrando y saliendo de las casas misteriosamente, quien sabe con que fin. Total, lo que se ve en cualquier calle de cualquier pueblo, en culquier lugar.
Hoy vamos a Labana, a donde dicen que nos vamos a mudar, porque mi padre encontro trabajo alla. Le pregunte a mi tio Angelito, el que mas habla conmigo, como es la Labana.Creo que no me va a gustar demasiado.Dicen que es como el pueblo, pero diez veces mas grande.Ya me parece estar viendo a diez Panchitas contando papas rellenas, a diez Guacaras con una yegua flaca cada uno, a diez Cucas tendiendo ropa limpia, y a diez de todo lo demas, incluyendo el teatro.La vida obligatoria sera diez veces mas truquera y habra diez veces mas gente corriendo de un lado para otro y cuchicheando: "apurense que ya viene "mientras yo me acerco a una esquina y la doblo para ver lo que estare diez veces mas aburrido de mirar. Lo unico que me llama la atencion es ese mar del que hablan.Dicen que es diez veces mas grande que el rio y que la orilla del frente no se ve.No me explico como, pero si fuera cierto, el mundo real de Labana debe tener que ver con ese mar. ?Cuantas jicoteas y biajacas andarán por allí?...Pero igual me pregunto quien sabra el nombre de los pajaros, donde habra un patio con granadas y si estara Mirita en el de al lado.No se nada, comprendo.Como tampoco me imagino la cantidad de noticias que cargaran las nubes, que taman~o podra tener el ojo de agua de un rio tan grande, ni con cuantos ahogados y serpientes querra meterme el miedo cuando no tenga mas remedio que visitar el mar con la cabeza.
POR SILVIO RODRIGUEZ.
Desde que tengo uso de razón se que el mundo es un escenario irreal, puesto ahi para que me lo crea. Delante de mi siempre hay un corre-corre de prepa- rativos para tener dispuestos los lugares que se me ocurra visitar. Si voy a casa de mi abuela Isabel, que queda a unos 200 metros de la mia, siento el alboroto que se forma a lo largo de su calle, mientras me voy acercando a l la esquina, de forma que cuando llego y doblo, mi vista se posa en un panorama habitual: Panchita contando papas rellenas, el Guacara saltando a su yegua esqueletica, Cuca tendiendo sabanas a traves de una rendija del porton y, un poco mas alla, aparentemente al azar, algunas personas entrando y saliendo de las casas misteriosamente, quien sabe con que fin. Total, lo que se ve en cualquier calle de cualquier pueblo, en culquier lugar.
Los animales y el monte son los unicos que no disimulan.Ellos son como son. El rio es hondo y lleno de biajacas, y esta encajado entre dos lomas larguisimas que van culebrando durante kilometros, llenas de pelo verde. La cabellera de la loma es el monte, y yo soy un piojo curioso que no va por los trillos, sino por donde esta la maran~a en que se arrastra el jubo,donde las lagartijas son gordisimas. Yo voy a donde hay pajaros que no se ven, pero se oyen. Hay uno que dice tirecaratiti y otro que dice cocoriOco. En ese lugar hay jicoteas montadas en los gajos que rozan la corriente. Si pasa un bote, ellas se zambullen; pero si vengo yo, se quedan y me miran. A veces hasta sacan un buen tramo la cabeza y me hacen sen~itas, saludandome.A mi no me gusta molestarlas y ellas a mi tampoco.
Luego me voy al ojo de agua,donde hay una laja blanca y ancha,sumergida una cuarta bajo la superficie, en la que me siento y me deslizo hasta el chorro que viene del fondo. El manantial es potentisimo: desde la orilla se ve y parece que hubiera un tropelaje de peces, pero uno se para en la laja, casi arriba del borboton, lo mira y no hay mas que un tembleque de aguas transpa- rentes. La primera vez daba miedo meterse, porque estaba aprendiendo a nadar y alli tapa a dos hombres, pero me agarre del bordecito de la piedra y me fui escurriendo hasta que senti que la fuerza del chorro me aguantaba. Que comico, no sabia que saber nadar, uno se acostaba y era como si en aquel punto el rio hubiera perdido su man~a de tragagente. Yo no sabia que el rio tuviera un ojo, y mucho menos que fuera de esa forma.
A veces alli, como una cruz mirando al cielo, soy la pupila del ojo de agua, y alla arriba, en la ultima lejania de las alturas, veo pasar auras tin~osas perforando las nubes. Esos pajaros lucen muy bien a esa distancia, pero cerca tienen una cocorotina de maran~on que da repugnancia. Dicen que son utiles, porque se comen la carron~a, pero a nadie le gustan porque son feas y de mal aguero.Sin embargo, nada vuela mejor que una tin~osa, como si el aire fuera de ellas.Suben y bajan todo el tiempo y pasan horas sin mover un ala, como bailando en el vacio. Por eso, a vecess dan ganas de ser aura, aunque la gente luego te repudie.
Las nubes son otra historia, aunque tampoco ponen al personal de acuerdo. Periquin ve un barco donde el Chentu ve un conejo, y alli mismo es donde Mingo ve una mujer escarranchada.Yo, tratando de ver lo que ellos dicen, veo una jaiba en una bandera de piratas.Las nubes son de lo mas curiosas. El problema de las nubeses de donde vienen y hacia donde van,que han visto y cuantas cosas se las pasan saboreando.Porque esas aguas que han subido y bajado tantas veces, deben ser las mismas de toda la vida.La nube que se descarga sobre el rio de mi pueblo seguro se lleno en el Amazonas, y las goticas que el sol me chupa del ombligo van a llover sobre una piramide de Egipto.Yo creo que las nubes ensen~an tantas formas porque les gusta contar las extran~ezas que conocen,pero por mas que uno las mire nunca llegan a saber tanto como ellas, tan solo se lo puede imaginar.
Cuando tengo que ir a la escuela -una de las cosas mas horribles del mundo obligatorio- o cuando ya es por la tarde y no me dejan salir solo, yo tengo mi manera de regresar al mundo real.No tengo ni que cerrar los ojos, solo me quedo quieto y me voy, lo visito pensando.A veces hasta resulta mas entretenido que ir a pie, porque me atrevo a hacer cosas que cuando estoy alli me dan escalofrios.Por ejemplo, cruzar nadando la curva del Paso del Soldado.Eso solo lo hacen los mas grandes; es una distancia tremenda y alli dicen que el rio tapa una palma real.Yo se que algun dia lo voy a hacer en carne y hueso, pero mientras tanto practico con la cabeza.El unico problema que tiene la cabeza es que cuando voy braceando, a mitad del camino, puedo ver el lecho del rio, donde siempre hay algunos ahogados envueltos en el limo del fondo, riendose y llamandome.Otras veces veo el lomo escamoso de una serpiente marina que me pasa rozando.
Hoy vamos a Labana, a donde dicen que nos vamos a mudar, porque mi padre encontro trabajo alla. Le pregunte a mi tio Angelito, el que mas habla conmigo, como es la Labana.Creo que no me va a gustar demasiado.Dicen que es como el pueblo, pero diez veces mas grande.Ya me parece estar viendo a diez Panchitas contando papas rellenas, a diez Guacaras con una yegua flaca cada uno, a diez Cucas tendiendo ropa limpia, y a diez de todo lo demas, incluyendo el teatro.La vida obligatoria sera diez veces mas truquera y habra diez veces mas gente corriendo de un lado para otro y cuchicheando: "apurense que ya viene "mientras yo me acerco a una esquina y la doblo para ver lo que estare diez veces mas aburrido de mirar. Lo unico que me llama la atencion es ese mar del que hablan.Dicen que es diez veces mas grande que el rio y que la orilla del frente no se ve.No me explico como, pero si fuera cierto, el mundo real de Labana debe tener que ver con ese mar. ?Cuantas jicoteas y biajacas andarán por allí?...Pero igual me pregunto quien sabra el nombre de los pajaros, donde habra un patio con granadas y si estara Mirita en el de al lado.No se nada, comprendo.Como tampoco me imagino la cantidad de noticias que cargaran las nubes, que taman~o podra tener el ojo de agua de un rio tan grande, ni con cuantos ahogados y serpientes querra meterme el miedo cuando no tenga mas remedio que visitar el mar con la cabeza.
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