Mi niña imaginada
Liuba María Hevia
Mi niña siempre me despierta
con manitas frías y olor retozón.
Me pregunta cosas indiscretas
con los ojos vivos y añoñada voz.
Y me cuenta que soñó
con el sol y una cigarra
y en la cuadra vio golpeados
los sonidos de un vapor.
Y me abraza la canción
con melancólica brasa
mientras sus cabellos trazan
un nudo sobre mi voz.
Mi niña quiere levantarme
atrapándome con los zapatos que escondió.
Quiere ver si el gato tiene crestas
o si en mi cartera quedó algún bombón.
Y me arrastra hasta creer
su juguete imaginado
y en su libro más amado
sus colores sin pincel.
Y junto a su beso en flor
se despierta otra jornada
y mi niña imaginada
me despide desde el sol.
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